viernes, 7 de noviembre de 2014

#4

El pasado 31 de octubre se inauguró en el Centro Gallego de Arte Contemporáneo la exposición “el orden de las primeras cosas” de Carlos León, que se podrá disfrutar hasta el 1 de marzo de 2015.

El artista, conocido principalmente por su obra pictórica, presenta por primera vez en esta exposición sus esculturas. Las obras seleccionadas por el pintor junto con los comisarios de la exposición, Ángel Cerviño y Alberto González-Alegre, son una cuidada muestra de las investigaciones que el artista ha realizado los últimos años en el terreno de lo escultórico y el resultado es una maravillosa fusión entre las dos facetas.





Estas nuevas esculturas se han convertido en una especie de materialización de sus pinturas, en ellas ha recuperado la geometría de sus inicios, que nunca acabó de irse, y suponen el complemento perfecto a las narraciones mitológicas clásicas con las que siempre ha relacionado su obra, reforzando además el componente estrictamente contemporáneo, crudo e industrial que, tanto por los materiales como por la factura, tienen sus cuadros. Se componen de objetos en su mayoría metálicos rescatados tras largas horas paseando entre chatarras industriales, desenterrando de lo que parecían marañas de deshechos inservibles la belleza más pura, la belleza que los objetos guardan en si mismos incluso después de haber sido sometidos a todo tipo de maltrato. Fruto de ese trabajo de campo, de la conversión del artista en arqueólogo y del respeto que muestra con la innegociable condición de mantener las piezas en el estado en el que fueron halladas, sin soldaduras ni ningún otro tipo de intervención, han surgido las composiciones que dan vida a sus esculturas y que demuestran su excepcional visión para componer imágenes, conceptos e historias.




Junto con la parte tridimensional, se encuentran además un buen número de cuadros con los que se ha ganado el título de “El maestro de la abstracción” para la prensa gallega. Aunque en un primer momento su obra estuvo ligada a la del movimiento francés “Supports-Surfaces”, fue girando hasta el expresionismo abstracto más radical y tomando influencias de numerosas figuras y corrientes que fue conociendo a lo largo de sus estancias en París y Nueva York, lo que le han permitido llegar a crear un estilo completamente inconfundible y con una fuerza que esta exposición ha sabido recoger y transmitir a la perfección.  





Noticia originalmente publicada en PAC

miércoles, 20 de agosto de 2014

#3

Cada año me hago el mismo propósito cuando llega la primavera: Este verano SI que me voy a poner morena. Me visualizo a mi misma al final de agosto luciendo una marca de bikini descomunal y un color salvaje poco menos que el de Naomi Campell. Sin embargo, cada año veo fracasar mis planes moreneadores escogiendo destinos vacacionales que claramente no ayudan, así que este año no iba a ser menos y decidí irme a Liverpool a ver la bienal de arte contemporáneo.

Breves apuntes sobre la ciudad por si alguien planea ir:

Los autóctonos se vienen arriba rápido y van en chanclas y bermudas en cuanto hace 15 grados pero HACE FRIO. The Cavern, mal. Son más pesados con los museos de industria y maquinaria que en mi pueblo con Isabel la Católica. Los viernes por la mañana las chicas van con rulos por la calle.


 Liverputienses.
(Foto de Google)

LA BIENAL: 

La bienal de Liverpool es la única bienal de arte contemporáneo de Gran Bretaña, este año celebra su octava edición y, a pesar de esto, no parece muy consistente aún. Ni siquiera es un Wannabe de las bienales importantes como la de Venecia, simplemente algo más parecido a los desayunos conjuntos esos que se hacen entre las galerías de Doctor Fourquet, ni pabellones ni na de na. El título elegido por los comisarios invitados, Mai Abu ElDahab y Anthony Huberman, es A needle Walks into a Haystack. Según ellos, las distintas exposiciones que conforman este festival son un recorrido por los objetos, imágenes, hábitos y hábitats que conviven con nosotros y que definen nuestro actual estilo de vida. Pues bueno.

-The Old Blind School: Este edicio está abierto ex profeso para la ocasión. Fue una antigua escuela de niños ciegos, luego una oficina de desempleo, y ahora lleva años abandonado a su suerte y descomponiéndose de una forma acojonantemente bonita. Las salas no han sido rehabilitadas así que las obras se encuentran colgadas y colocadas en medio de paredes desconchadas y chimeneas semiderruidas. En ocasiones los desgarros de pintura y ladrillo eran tan armónicos que yo dudaba muy seriamente si aquello no serían también intervenciones artísticas, pero no. El caso es que el entorno era tan especial que todo lo que vimos dentro nos pareció interesante. Este era el único edificio cuya exposición era colectiva y, como decía, en general bien pero por destacar algún proyecto diría que los más interesantes eran:

-Las puertas de Michael Stevenson. Este hombrecillo había mangado algunas de las puertas de la facultad de matemáticas para hacer una instalación dedicada a José de Jesús Martinez, un matemático de la universidad de Liverpool que como todos los matemáticos estaba como un cencerro y decía que cuando las puertas se quedaban balanceándose era porque el diablo las estaba moviendo. El artista a partir de esta anécdota construye un juego que consiste en mecanizar esas puertas conectándolas con distintos videojuegos que las abrirían en todas direcciones según los movimientos que hacías en la partida.

-Rana Hamadeh es una jóvena artista libanesa con dos intervenciones en este edificio, una instalación sobre Aliens que consistía en exponer cientos de objetos y recortes de periódicos relacionados con apariciones extraterrestres, y su gran obra, una sala insonorizada que dentro recreaba el Ashura, un rito chiita en el que la gente sale a la calle a predicar a gritos la matanza  de su líder espiritual. El ruido dentro era ensordecedor y había un cartel que avisaba de que quizás no era un buen sitio para niños, a pesar de que los niños ingleses berrean a unos decibelios que ya quisiera esta artista poder reproducir.


Reducir una exposición de 18 artistas a comentarios solo sobre dos puede parecer un poco mierda y aleatorio, pero realmente eran los más interesantes conceptualmente y para el que quiera profundizar lo tiene todo en la página web de la bienal.

Comento como quien no quiere la cosa que la primera obra que encontrabas aquí era una máquina de hacer hielos soltando agua y una señora (una señora real) fregando el suelo todo el rato, esta genialidad creadora se llamaba All artists are liars, de Norma Jeane. Que cada uno lo interprete como quiera.







-Fact: Este edificio es la antítesis del anterior. En vez de un edificio viejo y aparentemente pequeño pero repleto de cosas, este era un edificio inmenso y moderno y dentro: la nada. Había una exposición de Sharon Lockhart.


-The Bluecoat: Aquí encontrabas una colección de pequeños dibujos y pinturas de James McNeill Whistler, un pintor inglés del siglo XIX conocido porque fue el que empezó a concebir el espacio expositivo como una parte fundamental de la exposición, las paredes y hasta el traje de los trabajadores de las salas del museo debían ir acorde a lo que dentro se exhibía. Esta obsesión por que el artista sea el que conciba hasta el último detalle de su exposición era compartida por otros artistas de finales de siglo como Víctor Horta, el arquitecto belga que inició el Art Nouveau en arquitectura con la Casa Tassel, en la que el arquitecto diseñó hasta los picaportes de las puertas.

No estaba mal, aunque nadie entendimos muy bien que algo tan clasicorro formase parte de una bienal de arte contemporáneo, así que lo vimos rápido y nos fuimos al patio del museo a jugar al ping-pong hasta que abollamos todas las pelotas, propagando la marca España.

La colina del arte.
-Tate Liverpool: Cuanto mayores son las expectativas mayor es la decepción, así que nos quedamos un poco chafados con esto. En la planta baja el arquitecto francés ultravanguardista Claude Parent ha construido "La colina del arte", una reinterpretación de lo que hizo para el pabellón francés de la bienal de Venecia de 1970, un espacio lleno de rampas, pendientes y escaso de paredes que pretende romper radicalmente con el esquema de espacio expositivo tradicional, espacio en el que han colocado cuadros de Picabia, Lichtenstein, Naum Gabo, etc, ordenados en base a algún criterio que no conseguimos adivinar porque no había por donde cogerlo. En la segunda planta habían colocado obras de depósito de distintos artistas, yo salí completamente enamorada de las obras de Marisa Merz, la viuda de Mario Merz cuya existencia desconocía y una mujer a la que le dieron agujas de coser y en vez de calcetines hizo cuadros, pues muy bien, me ha encantao.


Me sorprendió mucho que ni en la colección permanente ni en ésta temporal tuviesen apenas nada de pintura figurativa inglesa contemporánea, de la Escuela de Londres, nada de Freud, nada de Bacon, pues vaya. 

La catedral de los horrores.


-St. Andrews Gardens: En medio de una residencia universitaria situada donde Cristo perdió la chancla y después de atravesar el mamotreto catedralicio más siniestro que nuestros ojos hayan podido ver, se encontraba una de las cosas más interesantes de esta bienal. Durante muchos años Jef Cornelis tuvo un programa en un canal de televisión belga en el que hizo magníficas entrevistas y reportajes sobre arte, artistas y sociología, haciendo uno de los intentos más intensos a la hora de acercar estos temas al gran público. Aquí había una tele y dos auriculares para que pudieses verlos todos. Una interesante reflexión sobre cómo se podrían utilizar los medios de comunicación que podrían haber colocado UN POCO más en el centro de la ciudad.

Aquí están casi todas estas entrevistas.





COMMISSIONS:

Además de las exposiciones como tal, hay todo un circuito cultural creado o explotado a propósito de la bienal con cosas bastante interesantes/monas. Estas son unas pocas, porque había mil:

Crosby Beach.


-Another placer: A diez minutos de Liverpool en tren está la playa de Crosby donde Anthony Gormley colocó a sus hombrecillos de hierro fundido. Una instalación pensada para ser itinerante pero se ve que después de mover nosecuantos señores de 650 kilos cada uno pensaron que igual ir moviéndolas de un lado a otro era forzar, así que se han quedado allí para siempre. Es un sitio con una atmósfera muy curiosa y un buen lugar para ir a ver la puesta de sol.







'Frank As Androcles', Robert Fawcett




-John Moores Painting Prize: En la Walker Art Gallery se exhibían las obras finalistas y ganadoras del famoso premio de pintura donde se podían ver los cuadros de los jóvenes artistas que están empezando a petarlo y a los que habrá que seguir la pista porque algunos apuntan maneras. El hiperrealismo y el infantilismo son los protagonistas absolutos de esta sección (¿y de casi todo el arte contemporáneo actual?) y la pintura abstracta brilla por su ausencia, aunque para seguir copiando malamente a Pollock pues casi mejor. 

Aquí estás todos los nombres y obras.








-Carlos Cruz Díaz: El artista, famoso por sus juegos ópticos, ha "camuflado" un barco conservado por el Merseyside Maritime Museum (un museo increíble, por cierto) que se va a quedar amarrado en Albert Dock y queda muy bonico.





-Aiko Miyanaga: Ha creado una expoinstalación en la librería central de Liverpool un poco chorra, libros y llaves hechos con materiales efímeros y orgánicos como sal y plástico... y bueno, que esto es una excusa para subir una foto de la sala de estudio porque quiero vivir dentro.

Mi casa en Liverpool.


-Open Eye GalleryEn esta galería se encontraba una colectiva de tres fotógrafos que hacían una crítica sobre las bienales a través de sus fotografías, criticar a las bienales dentro del programa de una bienal puede ser creerse muy listo, pero ya lo dicen en Muchachada: "El arte, ese mundo de sinvergüenzas". A mi me interesó especialmente esta parte por la duda constante y sin resolver que tengo acerca del papel y la utilidad que tienen este tipo de ferias. 


Hans Haacke muestra una serie de fotografías que realizó en la segunda Documenta de Kassel, en la que participó como montador. No retrata la exposición en si, si no la actitud de los visitantes y personalidades ante las obras allí expuestas (las caras de paisaje del público delante de los cuadros de Pollock son brutales), una puesta en evidencia de las relaciones de poder que existen en estos eventos entre la política, los artistas y la sociedad.

Ugo Mulas fotografió las revueltas que se organizaron en torno a la Bienal de Venecia de 1968, conocida como "La bienal de la policía", por parte de artistas contrarios a la política de exposiciones que se estaba estableciendo.




Como conclusión, he llegado al mismo punto de siempre: que hay demasiados artistas, que hay gente con una técnica verdaderamente buena y con mucho talento para la pintura o lo que sea que hagan, pero no para crear, para ser novedosos, originales, para ser capaces de crear una iconografía propia y genuína. Que falta genialidad. Que las exposiciones están hechas para críticos, para ser muy interesantes conceptualmente y escribir sobre cada proyecto y filosofar doscientas horas, pero el historiador del arte o el amante  -porque el arte se ama- que quiera ver una obra que haga que se le caigan los calzoncillos al suelo, tendrá que seguir buscando.


Total, que otro año que sigo más blanca que la teta de una monja, menos mal que el autobronceador del Mercadona existe y aún puedo ponerme un poco naranja. Y que a pesar de todo lo que he dicho arriba, Liverpool ha sido genial, la gente es más maja que las pesetas y hablan gracioso y raro y dicen 'Tcha en vez de Thank you y yo no entendía nada. Y que mi amiga vive allí en una iglesia convertida en apartamentos que ya quisierais vosotros, y yo.





domingo, 20 de julio de 2014

#2

El novio de mis amigas
El viejo y su pupilo. Ghirlandaio. 1480
Ahora que mis amigas y compañeras de visitas a museos me han abandonado, me he recorrido las tres grandes exposiciones del verano que hay en la capital yo sola. Recorrer los museos sin compañía tiene la ventaja de que gestionas el tiempo de tu visita como te da la gana, sentándote veinte minutos delante de un cuadro si te apetece o pasando olímpicamente de otro que no te interesa un cagao, pero claro, no tienes a nadie a quien decirle: ¡Mira, tu novio! Cuando pasas delante de algún retrato de un señor muy feo. Ir con ellas no era ir a teorizar, que para eso ya hay reseñas por ahí de gente lista, era ir a disfrutar, y como no están, disfrutar disfruto, pero siento la necesidad de compartir con alguien mis apuntes chorras sobre lo que he visto:





-Museo del Prado, “El Greco y la pintura moderna”: Este es el título oficial, pero a mi se me ocurren otros alternativos como “El año de El Greco o cómo cubrir suplementos culturales todo 2014”, “Picasso, gracias por existir y rellenarnos todas las exposiciones de la geografía española y parte del extranjero”, o, “Un montón de pintores nisus ¿influenciados? por El Greco”.

Ahora en serio, se más bien poco sobre este pintor. Una vez hice una visita guiada sobre él que me pilló desprevenida y solté perlas que se me ocurrían sobre la marcha como que pintaba así porque al venir a Toledo se volvió loco de modernidad con tanto trajín cultural que había allí gracias a la escuela de traductores, poca broma, la gente hacía gestos como de que ahora lo entendía todo y se fueron encantados con mis invenciones. Lo que decía; se poco sobre El Greco porque nunca me ha fascinado lo suficiente como para dedicarle horas de lectura y, como está ahí que si que no entre varias corrientes artísticas, el pobre no entra en los temarios de ninguna asignatura, así que me fui con mis escasos conocimientos sobre él a la maldita exposición y pude ver poco porque había miles de señoras con moños, pero mis impresiones son:

Laocoonte. El Greco. 1609.
-Las supuestas influencias no pueden estar más forzadas. Hay algunas relaciones realmente imposibles y a esto contribuyen los artículos diarios en toda la prensa hablando de él como “El primer cineasta”, “El pintor más moderno de todos los tiempos”, “El maestro de Pollock”... La forma de explotar este tema empieza a ser obscena.

-El Laocoonte de El Greco es una maravilla y si Washington os pilla mal no deberíais dejar pasar la oportunidad de ir a verlo, pero si vais, en realidad no lo podréis ver porque el Horror Vacui ha invadido el lugar, lo de que “menos es más” sería una buena filosofía a seguir para la próxima.

-El entierro de Casagemas, de Picasso, no es un cuadro bonito pero es magistral, joder, enterrado a modo de Santo pero rodeado de putas, ojalá si me muero alguien me hiciese un cuadro con tanto sentimiento. Si podéis, matriculaos en historia del arte en la UCM para que Antonio González os de Picasso y os explique este cuadro y lloraréis de la emoción.

-Poner las esculturas de Pandora y Epimeteo dándole la espalda a los bañistas de Cezanne no estoy segura de si es un epic fail o un epic win.

-Los trípticos explicativos de este museo son siempre una maravilla, papel gordito y resistente, coged muchos de la exposición y meterlos en el bolso después de leerlos, me llevan salvando la vida estas semanas a modo de abanico.


-MNCARS, “Richard Hamilton”: Fui a ver esta exposición con las expectativas por los suelos porque gente con ¿buen? criterio me había hablado muy mal sobre ella y salí de allí con los ojos haciendo chiribitas. Nunca me había parado a pensar hasta que punto influye en tu visión sobre algo las condiciones que te rodean hasta el día que vi esta expo; fui un día entre semana prácticamente antes de que abriesen taquillas así que vi completamente sola cada sala, además, por el patio interior entraba una luz fresquita de mañana de verano que llenaba el museo de un aura realmente especial, suene lo cursi que tenga que sonar.

El caso es que lo que vi fueron catorce salas como catorce soles. Una retrospectiva completa a más no poder, salas repletas pero ligeras, textos explicativos sorprendentemente sencillos pero buenos, un montaje pensado para que la interacción entre obra y público sea por fin efectiva, la forma de narrar el discurso reflexivo entre la crítica y la idolatría de la cultura contemporánea -la máquina, los Mass media, Hollywood, el diseño industrial- que se le (nos) venía encima no puede estar mejor tratada; todo bien, todo genial joder.
Hamilton siendo adorable.
En cuanto al artista, nunca he sido demasiado fan del pop art y no voy a decir ahora que me parezca el artista definitivo, pero mientras estaba allí me lo parecía. No deja un género por trabajar, el apropiacionismo cobra un sentido que no había encontrado nunca antes en otro artista ni exposición, solo la sala dedicada al Gran Vidrio de Duchamp es para tirarte horas, el entorno creado con metacrilatos que se confunden con las propias ventanas en la sala de Exhibit a modo de recreación de esta expo de 1957 es ACOJONANTE, tiene unas salas con pinturas horribles que incluso parecen buenas con tanta cosa de verdad buena por delante y por detrás, las “Imágenes de protesta” que ni recordaba que existían me acabaron de conquistar el corazón, no se que más, de nuevo todo bien, todo genial, me alegró la mañana, el día y casi la semana. Ojalá todas las exposiciones mainstream tuviesen esta calidad. Ojalá pudiera casarme con el Reina Sofía.

Siendo esta (en la versión de la Tate) la última exposición en la que el artista en persona participó en el diseño y montaje y con lo de comer en El Bulli todo el rato supongo que se moriría súper contento.

Los folletos aquí regular, el papel es de chichinabo y ni abanican ni nada de nada.



-Museo Thyssen, “Mitos del Pop”: Como siempre que voy al Thyssen salgo un poco de los nervios, el retrato de la baronesa con alas de ángel, el precio de la entrada, la HORA de entrada a la exposición, todo me da bastante grima y nunca quiero volver, pero Ay. El título alternativo de ésta sería el mítico "Exit through the gift shop", por que la exposición normal, pero el chiringuito de regalos poperos habría hecho las delicias de mi consumismo compulsivo si hubiese llevado cartera. 

La he visto muy rápido porque cerraban así que las conclusiones son un poco mierderas, aunque son básicamente las que saco en todas las expos de este museo: Es la oportunidad de ver un montón de obras que no vas a ver en tu vida en España porque donde hay pasta hay alegría, aunque estén montadas como el culo y con un trabajo curatorial igual a cero. A veces, no todas.

Por lo demás: Me gusta que empiece con “Reflexiones sobre la violencia”, de Kitaj, de camino hacia allí iba pensando no se porqué en la anécdota protagonizada por Dorothy Pobder, la señora de la crew de La Factory que disparó a los cuadros de Marilyn que luego se serigrafiaron con disparo incluído y pensé que la violencia es bastante pop en realidad. El autorretrato con luces de neón de Warhol es la cosa más fea jamás creada y con lo que habrá costado traerlo no entiendo la necesidad. Amo a Tom Wesselmann al mismo nivel que a Hammilton desde hoy, ya es difícil hacer un bodegón por muy pop que sea que inspire algo que no sea aburrimiento. Eduardo Arroyo, ¿Porqué? Ed Ruscha, muy bien. Equipo Crónica destruyendo la cultura pop desde el pop con sus Mickeys la verdad es que no dejan de tener gracia, parece que el arte pop está muy visto pero los ilustradores y artistas moderniquis no paran de refreír estas cositas que YA tuvieron su momento. No se que más porque he perdido el papel donde he anotado cosas.


Still Life 34. Tom Wesselmann. 1963.
América! América! Equipo Crónica. 1965






















Y así es como echo yo de menos.

sábado, 19 de julio de 2014

#1


Cuando uno se imagina a si mismo tirándose desde un trampolín, da volteretas dobles y entra al agua de cabeza, firme y elegante, con las piernas estiradas, los pies en puntillas, la espalda recta y los brazos en paralelo, no traga agua y, además, cuando sale hay gente aplaudiendo. Supongo que será culpa de aquel programa donde algunos famosos se tiraban, si pudo Fortu ¿cómo no voy a poder yo? pero así me imaginaba, hasta ahora. Ahora me imagino a mi misma cayéndome continuamente del trampolín, sin salto, una caída desprevenida, de esas que cada pierna va por su lado, caes en plancha y la tripa se te queda roja, te tragas media piscina y cuando sales hay gente riéndose porque se te ha bajado el bañador y se te ve una teta.


Por eso me hago este blog.